Riesgo sísmico

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20 de marzo de 2018

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Prevención

Riesgo sísmico: las zonas más vulnerables de Mendoza

El 20 de marzo se recuerda el mayor terremoto de la historia de la provincia ocurrido en 1.861. Las acciones para mitigar los efectos de una catástrofe.

Por: Adriana Luiadriana.lui@elsol.com.ar

En el Día Provincial de la Prevención Sísmica, especialistas en la materia advirtieron sobre las zonas de alto riesgo en Mendoza y sobre la falta de controles en las nuevas construcciones. Desde Defensa Civil recordaron la importancia de estar preparados ante cualquier evento, lo que significa saber cómo actuar y organizar el Plan de Acción Familiar y la mochila de emergencia.

Esta es la primera vez que se conmemora la fecha que fue establecida por ley en la Legislatura a través de la ley 9052 y proclamada a comienzos de marzo de este año. El  20 de marzo es un día significativo porque en 1861 se registró el mayor terremoto de la historia de la provincia de Mendoza, que destruyó y devastó la ciudad causando la muerte de alrededor de 5.000 personas, cuando la población estimada de la época era de 11.500 vecinos.

Desde aquel entonces y hasta la actualidad se investigan diferentes metodología para mitigar los efectos de los movimientos telúricos de gran magnitud. En este sentido, Defensa Civil junto a la Universidad Nacional de Cuyo están trabajando en un mapa de riesgo sísmico que permitirá identificar las zonas de mayor o menor vulnerabilidad de la provincia.

Para esto, se está realizando un relevamiento de las construcciones antisísmicas y las que no son sismo resistentes. El registro es clave no sólo para coordinar tareas de prevención sino también para anticipar los mecanismos de actuación en caso de emergencia.

Daniel Burrieza, director de Defensa Civil de la Mendoza destacó que la acción está bastante avanzada. Comenzó a fines del año pasado y aun se está sumando información desde los municipios, la Dirección de Catastro y también teniendo como base mapas del registro minero y del Instituto geográfico militar.

Viviendas vulnerables

Carlos Llopiz, del Instituto de Mecánica Estructural y Riesgo Sísmico de la UNCuyo, advirtió sobre la falta de controles en las obras. El ingeniero indicó que "la primera prevención está en hacer construcciones que no sean vulnerables. Tienen que hacerse en forma adecuada porque es la construcción la que mata, no el terremoto."

Explicó que si bien desde el 2005 rige un nuevo código para la construcción antisísmica y éste fue actualizado en el 2013, no todas las viviendas se levantan respetando esta  normativa. 

"Me preocupan las escuelas nuevas que se están edificando con códigos obsoletos", dijo e insistió en que "hay que aplicar los últimos códigos" que deben ser garantizados mediante controles estrictos por parte de las municipalidades y de los inspectores de obras.

Además de la revisión de la documentación y de los materiales que se utilizan. "Acá no lo estamos haciendo", aseveró y graficó que una de las deficiencias mayores está en la verificación de calidad de los hormigones.

Los sismos no tienen ninguna sistemática con respecto a situaciones temporales. Pueden producirse en cualquier momento. Son una liberación brusca de energía sin ningún tipo de preaviso o con muchos preavisos. Existen infinitas variables y no existen hasta el momento manera de predecirlas.

"No sólo hay que tener en cuenta la magnitud a la hora de evaluar un temblor, también la profundidad, la dirección, el tipo de falla o estructura que la produce. Sin embargo, y dada la historia de Mendoza se podría decir que un sismo de más  de 7º podría ser preocupante más allá de las normas sismo resistentes en vigencia. Existen edificios muy bien construidos y otros que no tienen todas las normas en cumplimiento", agregó el  geólogo Héctor Cisneros.

Las zonas de riesgo

Por su parte, la Universidad Maza está organizando un Observatorio de Gestión de Riesgos y Desastres Naturales. Entre los programas preexistentes se encuentran acciones de concientización y de gestión ambiental sobre todo focalizado a las poblaciones que están con una alta vulnerabilidad como los barrios La Favorita y Valle Encantado al norte y sur del piedemonte.

El geólogo estableció el piedemonte como una zona de mayor producción de eventos formadores de montañas y donde se produce el 80% de la actividad sísmica en el país.

"Sumado a esto las ocupaciones que hay en ese territorio no suelen ser bien planificadas, hay muchas usurpaciones como en el Campo Papa y otros cercanos a La Favorita que no tienen ningún tipo de control. También existen barrios de alto poder adquisitivo generados en ese lugar que hacen que confluyan estas dos realidades que hace que toda la zona sea muy frágil. Además hay fallas sísmicas que tienen expresión superficial allí ", ejemplificó Cisneros.

El plan de acción

Las familias deben organizarse y armar un Plan de Acción Familiar (PAF), en el que se especifique qué rol tiene cada integrante ante la emergencia, qué deben hacer según el lugar donde estén y organizarse entre padres, hijos y abuelos.

El PAF es, tal vez, lo más importante, ya que requiere un profundo diálogo en el seno familiar sobre las posibles emergencias que se pueden enfrentar en Mendoza, no sólo las sísmicas.